“No permitiremos bajo ningún motivo el dopaje en el
béisbol”. Estas tajantes palabras dichas por el comisionado de la MLB Bud
Selig, han generado el último y más fuerte aviso llevado a cabo por la comisión
antidopaje de las Grandes Ligas en su búsqueda por erradicar todo vínculo con
biogénesis y drogas de desarrollo humano en el béisbol norteamericano.
Rodrìguez, Cruz y Peralta: 3 de los 13 suspendidos fuente: tsminteractive.com |
Sin duda dentro de esta lista de 13 jugadores suspendidos,
los nombres que más sobresalen son los de Alex Rodríguez y Nelson Cruz, cada
uno con sanciones distintas debido a la gravedad de sus acciones cometidas.
Por un lado Alex Rodríguez, figura indiscutida del béisbol a
nivel mundial y dueño de unos números envidiables: 647 vuelacercas que lo
colocan como quinto de todos los tiempos, casi 3000 hits y 1950 carreras
impulsadas, son solo algunas de las increíbles estadísticas del toletero de los
Yankees de Nueva York. Por otro lado tenemos al dominicano Nelson Cruz de los
Texas Rangers. En lo que va de temporada 2013 se encuentra en la cuarta
posición con 27 jonrones y en la quinta posición en la referencia de carreras
impulsadas.
Pero dentro de todas estas sanciones, un punto de importancia radica en el punto de que los jugadores que acarrean sanciones por su vínculo con clínicas de biogénesis no recibirán paga alguna por parte de sus equipos en el período que acarrea su suspensión. Y es por ello que se debe evaluar ¿Vale la pena, para el jugador, recurrir al consumo de sustancias ilegales para elevar sus facultades y acceder a contratos económicamente más atractivos?
En pro de responder a la interrogante planteada, buscaremos
analizar el reciente contrato firmado por Nelson Cruz con la organización de
Texas en 2012, luego de que en la Serie de Campeonato de la Liga Americana
contra Detroit, Cruz se convirtiera en el MVP de la misma. Para la temporada
2012 Nelson cobró 5 millones de dólares, y para la temporada 2013 se suponía
que cobraría 10.5 millones de dólares (64.815 dólares por juego aproximadamente).
En el salario base se encuentra la primera pérdida económica
para Cruz. Al ser suspendido por 50 juegos el dominicano dejará de percibir
poco más de 3.2 millones de dólares ya que dentro de las sanciones deportivas,
se estipula igualmente que el jugador no debe recibir paga por parte de la
organización a la cual pertenece.
Además, dentro del contrato se estipulan unos incentivos
económicos según objetivos individuales alcanzados por temporada: 500 mil
dólares en función a las veces al bate de 2012 (585); y se le aumentarían 100
mil dólares adicionales cuando consiga las 500, 525, 550, 575 y 600 veces al
bate. Por último, si conseguía nuevamente el título de JMV (MVP) de la Serie de
Campeonato de la Liga Americana recibiría 75 mil dólares adicionales. Todos estos datos según ESPNDeportes.com.
Para la fecha de suspensión Cruz contaba con 409 turnos al
bate y un restante de juegos para Texas de 43. Es decir, para alcanzar los 600
turnos al bate (contando con todos los incentivos económicos en ese renglón)
Cruz debía promediar 4.4 turnos al bate, una cifra bastante alta. A pesar de
ello, y con la suspensión de por medio, la suspensión amerita que en total el
toletero se privara de recibir 500 mil dólares (solo necesitaba promediar 2.1
turnos por partido para alcanzar la cifra), además de 500 mil extras (100 mil
por cada 25 turnos luego de las 500 veces al bate), los 75 mil por JMV en serie
de campeonato (Texas tiene posibilidades de optar por el título de la Americana
al encontrarse a 2.5 juegos de Oakland en la División Oeste); todo esto sumado
a los 3.2 millones de dólares por los juegos de suspensión.
La pérdida económica sería de 4.275.000 dólares por el
consumo de sustancias prohibidas (3.2 millones netos y el resto por incentivos, algunos de los cuales hubiese alcanzado sin ninguna duda). Ustedes dirán: ¿Vale la pena? Personalmente
creo que en el caso de Cruz es un rotundo no. No sabemos exactamente desde
cuándo se ha visto beneficiado por el consumo de dichas sustancias, pero siendo
un jugador establecido, y con controles regulares en el béisbol organizado de
los Estados Unidos, cuesta pensar que lleve toda su carrera consumiéndolas. La
cifra de 4.3 millones de dólares es una cifra pequeña para un pelotero de un
salario anual de 10.5 millones, pero las consecuencias que en un futuro puedan
generar estas acciones nos dirán si económicamente valió la pena, o no.
El comisionado de la MLB deberá tomar en cuenta el tiempo de
consumo de las sustancias prohibidas, y las ganancias económicas que los
peloteros hayan generado durante las mismas, para así generar el golpe final a
este tema ilícito. Teniendo un contrato multianual, y solo siendo multado con
50 juegos (que representan un porcentaje menor a la mitad de las ganancias
anuales de los peloteros) no se erradica el incentivo a consumirlas.
Julio I. Vásquez
@J_VasquezG
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